miércoles, 15 de julio de 2015

6 LA MATANZA DE TEXAS

6 LA MATANZA DE TEXAS

10 de Julio de 2015, Dar es Salaam.

Salimos de Marangu, en la falda del Kilimanjaro, y nos dirigimos a Moshi, ciudad en la que “Fer”, el amigo de Javi, se despedía y cogía un bus hacia Arusha. Después continuaría sólo hacia Nairobi para tomar el avión allí de vuelta a Madrid y Ponferrada. Nos ha encantado viajar con él. Siempre atento a ayudar, ha sido buen compañero de viaje, cargado de humor, de inteligencia y de buen carácter. “Fer”, te  echamos de menos. He de añadir que todavía no tenemos noticias de tu viaje. Internet ha sido inexistente hasta ahora y el whatsapp se ha ido de vacaciones. Seguiremos intentándolo.
En nuestro camino hacia el sur paramos a dormir en un camping  muy especial. Nos recibió una joven con acento estadounidense y prácticamente nos recomendó que saliéramos de allí pitando.
-“El camping está bastante abandonado” “Antes de decidiros a quedaros debéis mirar los servicios” ”El dueño no está aquí” ” tened cuidado porque hay serpientes y otros tipos de animales”…
Nosotros erre que erre. Cuanto más feo lo ponía, más nos decidíamos a quedarnos allí. El precio era atractivo y el lugar, aparte del desastre de los “toilets”, que no habían sido limpiados hace seis meses, era de una belleza extraordinaria. Era una especie de oasis en medio de una llanura semidesértica, atravesado por un río que parecía el de Moisés en “Los diez Mandamientos”. El estado de abandono de las instalaciones y la pinta de un cobertizo que por allí había, recordaba al lugar de “La Matanza de Texas”. Pedimos pollo con patatas fritas y el dueño se ocupó de matar uno de los pollos que corrían por allí para preparar la comida. Pese a lo tétrico de la situación, lo pasamos bien en el “Pangani River Campsite”.


Abandono
El lugar de "La Matanza de Texas"
Pasar por Dar Es Salaam fue un auténtico martirio. El atasco empezaba 30 km antes de llegar y la cola para coger el ferry, debíamos cruzar un brazo de mar para llegar al camping playero programado, resultó traumática. Nos ayudó un joven que en un swahili que a penas entendíamos, nos vino a decir que él nos podía colar por el módico precio de 2000 chelines de Tanzania, 80 céntimos de Euro. Nos indicó que le siguiéramos y tras adelantar de forma poco honesta a unos 30 coches, nos puso casi al frente de la cola. Vergonzoso pero práctico. Para recorrer los últimos 30km tardamos más de 5 horas. Dato para no olvidar: NO VOLVER A DAR ES SALAAM.

Coche fúnebre en la cola del ferry
Afortunadamente el camping en el que estamos ahora es una maravilla. En la misma playa, tropical, paradisíaca, en el océano índico, palmeras, cocoteros, arena blanca, barcas a vela de los pescadores locales, buen clima, noches fresquitas,…una justa compensación por las penurias pasadas al atravesar Dar Es Slaam.

El camping en la playa de Dar Es Salaam fue muy agradable

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