jueves, 16 de julio de 2015

7 UN SER PURO

7 UN SER PURO

13 de Julio de 2015



Con la protagonista de este post.

Nuestro recorrido hacia el sur nos llevó hasta Kilwa, población costera en la que encontramos un camping a la orilla del mar muy bonito. La verdad es que es difícil dar con parajes no bonitos en esta costa. Palmeras, cocoteros, vegetación abundante y arena blanca son la constante de este territorio.
A la hora de  la comida paramos en un restaurante local con buena pinta. Nos atendió un joven delgada y guapa. Le pregunté por los precios.
-“7000 chelines” me dijo.
-“Eso es muy caro. Dame otro precio.”                                     
-“Ese es el único precio”. Respondió.
En ese momento miré la decoración del lugar y vi los precios escritos en unos platos colgados de la pared. Efectivamente los precios eran los que ella me había dicho.
-“Ah, de acuerdo, nos quedamos a comer”. Le dije.
Nos trajo pescado con patatas fritas y huevos con patatas fritas. La comida estuvo bien. Sin embargo lo gracioso vino después, cuando Alegría le pidió permiso para sacarle una foto. Le entró una risa de vergüenza tremenda. Cuando Ale sacó la cámara, la risa aumentó. Ella empezó a retorcerse y a darse la vuelta como una colegiala vergonzosa cuando la sacan a la pizarra. Dijo que no, que fotos no. Entonces se nos ocurrió la idea de hacerle la foto acompañada de Lola y Sofía. En esas condiciones aceptó y le pudimos hacer un par de ellas.
Era un ser puro, sin malear, con poco o nulo contacto con los hombres blancos, o turistas. Era simpática, atenta, servicial, guapa e inteligente. Todos nos enamoramos de ella. Da gusto encontrar personas así por el mundo.

En Mtwara dormimos en un hotel, de camping, por supuesto. Sitio bonito, junto a la playa, e internet aceptable que me permitió subir dos posts del blog. El tercero no fue posible.

Tampoco fue posible entrar en Mozambique porque había que haber sacado la visa previamente. Nos mandaron de vuelta a Dar Es Salaam, a la embajada. Decidimos hacer el recorrido al revés, entrando a Mozambique por Zimbabwe, en esa frontera sí dan la visa allí mismo. La faena era que había que volver al norte deshaciendo el camino hecho en los dos últimos días y, lo peor, atravesar Dar Es Salaam con su tráfico infernal. Lo hicimos y no estuvo tan mal, cogimos una ronda y “sólo” tardamos unas dos horas. Esa noche dormimos cerca de Chalince, en un hotel africano que todavía no se había inaugurado. Hablamos con el guardian y nos dejó acampar en la trasera del establecimiento; pagando, claro.

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